Llegué a Londres el martes por la noche, luego de pasar un día en la casa de nano y de vero. Como siempre, charlamos mucho y jugué también con tomy e ine. Cuando compré el tren desde Gatwick hasta Victoria, dejé olvidado en la caja el libro de García Marquez que estaba leyendo; ahora me quedo con la duda de cómo termina. El miércoles fui con Marcos al Tate British. Pasamos por el Westminster Abbey y por el Parlamento y el Big Ben. En la plaza del Parliament Square había una manifestación con carpas al mejor estilo argentino. Sólo que en manifestaciones, los británicos están menos desarrollados que nosotros. Las carpas son precarias y no tienen plasmas ni sillas como las que hay en el Congreso de la Nación. En sus inscripciones denunciaban que “el capitalismo no está funcionando” “Juntos podemos para la guerra en Afghanistán”. Marcos tenía clase de kick Boxing y lo acompañé. Me quedé a observar la clase y después me fui a caminar. España jugaba la semifinal contra Alemania. Muchas personas tomaban cerveza en los típicos pubs londinenses. Luego caminé por el Soho, Covent Garden y pasé por el nuevo edificio de la Ópera. Me fui hasta la corner speak para hacer el free tour de Londres. Conocí a dos chicas argentinas que estaban viajando hacía dos meses e intercambiamos datos. El tour lo guiaba un catalán que poco se le entendía cuando hablaba. Fuimos a ver el cambio de guardia en el Buckingham Palace, luego en el Saint James y luego hasta Trafalgar Square. Yendo a Trafalgar nos perdimos del grupo. A mi se me acabó la batería de la cámara de fotos así que decidí no visitar mucho más y volver al departamento a hacer algunos trabajos con la compu. Comencé el día en la Tower of London. Hice la visita guiada sobre los presos en la torre. Pasé por la Puerta del Traidor, La Bloody Tower y todas las salas que se encontraban dentro. Menos la de las joyas de la reina. Había como media hora de cola para entrar. No. Salí por el costado, en la calle que da del lado del Tower Bridge. Crucé hasta la mitad y volví para tomarme el DLR hasta West India Quay. Paseé por el canal y sus calles con bares y crucé al Canary Whorf que es una zona de oficinas. Ya era la hora de salir del trabajo y varios empleados se relajaban con el happy our de cervezas. Crucé un puente de Calatrava, parecido al de la mujer en Buenos Aires y tomé un camino errado. Quería llegar hasta Greenwich pero sentí que me alejaba mucho. Desde lejos ví el domo. El sábado me levanté temprano y recorrí el Portobello Market, que es un mercado como los que hay en todas las ciudades, pero de Londres. Antigüedades, ropa y flores son algunos de los productos que se ofrecen, además de los cafés y las comidas. Luego me perdí por las calles de Notting Hill. Las casas, el barrio, todo muy bonito. Volví al metro de Notting Hill para dirigirme a caminar por el parque. Frente al monumento de Alberto se encuentra el Royal Albert Hall. Pasé por el museo de ciencias naturales exclusivamente para ver a los dinosaurios. Mind the gap. Los subtes en Londres repiten con voz en off de dibujitos animados tipo Thundercats, mind the gap, mind the gap. Vi el edificio de Harrods, entré, pero salí corriendo apavorado por la cantidad de gente que había. Caminé por la calle de las embajadas hasta atravesar el Kensington Garden. Atravesé el parque, me tiré a descansar en el césped, y caminé hasta la Oxford Av. Calle San Luis. Once. Calle Bond Street, new y old. Glamour capitalista. Saqué la típica foto en Picadilly y fui hasta las puertas del barrio chino. El barrio chino acá es mucho más humilde que el de New York. Saqué entradas para el Rey León, que no vi en Broadway. Me quedé con ganas de Billy Elliot. Será la próxima. Di vueltas por el Soho y me tompe el seventy eight….to….Wandsworth. Me encanta escuchar la voz en off del Bondi londinense, el bondi londinense...no tiene glamour británico decir bondi londinense, cierto? Jaja! .Domingo es día de Camden Market. Marcos me acompaño. No me gustó mucho. Mucha gente. Me gustaron sí los canales que hay en ese lugar. Ves como las embarcaciones pasan de un lugar al otro llenando los compartimentos y nivelando las aguas. Como me sentí un poco cansado, decidí volver al departamento para dormir una siesta. El lunes fui al London Eye. Como me pasa en todos los lugares, me gusta ver la ciudad desde arriba para ubicarme. En general al tercero o cuarto día ya logro tener un sentido de los lugares y ubicarme. Caminé por el lado del río hasta el Oxo Wharf; en el camino unos pibes hacía pruebas con los skates y se exhibía un mercado de libros en la calle. Por ser lunes el Tate estaba cerrado. El teatro de Shakespeare queda al lado. Y el puente Milenium Bridge también. Lo crucé y me fui a la catedral de San Pablo, donde se casó Lady Di. Volviendo a tomar el bus, saqué unas fotos de algunos edificios que me parecían bonitos. Londres es muy grande. Cuando la ciudad ya pierde la identidad por completo, mucho no me gusta. Prefiero la ciudad con más identidad. Trafalgar Square hasta Parlamient Square. Y otra vez el 87 que me lleva a Wandsworth. Día de museos, pero antes, pasé por el Covent Garden en funcionamiento…por puro capricho. Entrar al British me dio miedo. Es enorme. Igual el Met es bastante más grande. Hice una recorrido rápido pasando por la Rosetta Stone Hoa Hakananai'a Easter Island statue, la serpiente de dos colas mejicana, Ramesses II y arte griego. A falta de un museo, dos. Camino hacia el Tate Modern, vi una puerta de un departamento bien inglesa que me llamó la atención. El edificio del Tate es moderno, pero medio moderno masacote. No tiene mucha onda. Dentro vi algunas pinturas de atistas del siglo XIX y XX, una exposición de propagandas comunistas de la URRS muy buena. Me acordé de tres personas en particular. El bar del Tate queda en el último piso. Volví al departamento para prepararme porque era noche del rey León. El musical estuvo muy bien, los trajes de los animales están bien resueltos. La música entretenida y la historia, gracias a que más o menos la conocía, la pude entender…porque del inglés que escuchaba podía entender poco. A la noche cenamos con Marcos, Leti y Flavio. Despedida. Next stop Bruselas.
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