jueves, 19 de agosto de 2010

Berlín, ciudad en crecimiento




























































































Tomé el bus a las nueve de la mañana con destino Berlín. Mikel me esperó en su departamento que queda sobre la calle Apóstol Paulus, en la parada de metro Eisenacher. Menos mal que aquí hay mucha gente que sabe hablar inglés, porque el alemán es un idioma muy distinto. A veces pregunto cómo llegar a algún lugar y me contestan en alemán y yo, miro a las personas con cara desorbitada. No es posible entender ni siquiera los sustantivos propios, es decir, ni los nombres de las calles. Dimos una vuelta por el aquí cerca del departamento. El barrio es muy tranquilo, hay gente en la calle pero es silencioso. Comimos en un restaurant de comida india. Tuve que cuidar el tono de mi voz porque era el más alto del lugar. Al día siguiente fui a hacer el Free tour por Berlín. Pilar, una gallega, nos llevó caminando por la parte este de la ciudad. Comenzamos en la puerta de Brandenburgo, símbolo de Berlín que quedó entre los dos muros que separaban la RDA y la RFA. Alrededor de la plaza de París no pueden construirse edificios altos ni con demasiada belleza para evitar que la puerta pierda protagonismo. El DZ Bank que queda en la misma plaza, fue diseñado por el arquitecto Frank Gheri, el mismo que hizo el Gughenheim en Bilbao, quien para desquitarse, embelleció el edificio por dentro. Caminamos hacia el memorial del holocausto que está muy cerca de la puerta de Brandenburgo. Es un memorial simple, conformado por varios bloques de concreto, todos de diferentes tamaño. Es un lugar sensorial, pues inevitablemente algunas sensaciones experimentas recorriéndolo y perdiéndote por dentro. En el parking público que se encuentra a su lado se encontraba en la época de guerra, el búnker de Hitler. Ya no queda nada de él, sólo una placa que colocaron en 2006 con motivo del mundial porque los turistas preguntaban dónde era ese lugar. En la parte oriental se pueden ver varios edificios iguales, característico de los gobiernos socialistas. En lo que ahora es el ministerio de economía de Alemania, hay un mural pintado también del gobierno socialista. Me encantó, le saqué fotos en secuencia. Caminando para ver los restos del muro vi los famosos autos Trabis. Se notan aún las diferencias de la Alemania socialista y de la Alemania capitalista. El muro no dice mucho, pero sólo pensar que una ciudad está dividida por una pared es algo, raro. El check point Charlie, turístico. Hay una foto que muestra realmente cómo era el control que había para pasar de una ciudad a la otra. La plaza de las dos catedrales idénticas es muy bonita, allí también se encuentra un edificio donde se hacen exhibiciones de música. Luego pasamos por la plaza Gendarmeplatz que posee la ópera del estado, una iglesia y el memorial de la quema de libros, en alusión a los libros quemados por el régimen nazi. El memorial consiste en una ventana en el piso de la plaza con todas bibliotecas vacías. Me gustó. Cruzamos la Avenida de los Tilos y llegamos a la isla de los museos. Todavía no fui al Pérgamo pero en estos días entraré. Se está reconstruyendo un palacio enorme. Y la vista que hay de la catedral es imponente. Le saqué una foto al muñequito del semáforo socialista. En la RDA (socialista) era característico este muñequito verde para cruzar la calle, con su gorrito o boina. Luego tomó proagonismo y se generalizó, post caída del muro, en toda Berlín.

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