sábado, 28 de agosto de 2010

Praga



















































































































































































































Llegué súper cansado del tramo Ibiza Berlín, Berlín Praga, por lo que me acosté a dormir la siesta y dormí toda la tarde. A la noche fui a comer unos fideos a la bolognesa a un restaurant italiano y luego salí a un bar que quedaba por allí. Al día siguiente hice el tour andando. Nos juntamos en la plaza donde está el famoso reloj. Como todas las plazas, esta también está cargada de historia. La parte del reloj es la parte del edificio del ayuntamiento que sobrevivió a los bombardeos nazis, pues no es cierto que Praga no fue bombardeada. Lo fue, poco pero lo fue. En esa misma casa tenía un negocio de sastrería el padre de unos de los checos más famosos, Franz Kafka. Y a tres cuadras de allí Kafka estudió en la Universidad. Pues todo quedaba cerca para Franz, no? Pasamos por el teatro donde Mozart estrenó Don Giovanni. Fue tan aplaudido ese día que él mismo dijo que fue el mejor día de su vida. En Viena le había ido muy bien, pero los reyes no le dejaban ser libre en las composiciones, por ello se fue a Praga a continuar con su carrera. Caminamos por el centro de la ciudad pasando por el museo del comunismo. Parece que los checos tienen buen sentido del humor, porque en vez de tomarse las cosas a serio, miren como promocionan el museo. Como haciéndole burla al comunismo. Sucedió que las tropas nazis estaban mandando refuerzos a Praga, ya en el final de la segunda guerra mundial. Los checos se enteraron, dice la historia, y comenzaron a quitar todas las placas indicativas de dónde quedaba Praga. Por lo que fue muy difícil para los nazis llegar a la capital y los checos combatieron a los nazis que ya no tenías municiones y tomaron la ciudad. Pero los rusos que estaban en camino, llegaron dos días después a una ciudad ya liberada y se atribuyeron la liberación, por lo que la República Checa tuvo que entregarse a un gobierno comunista. Esta torre tan antigua es por donde el rey pasaba antes de entrar a la ciudad y se embestía con la corona nuevamente. En el comienzo del barrio judío hay un memorial a Franz Kafka. En el piso, se encuentra dibujado el insecto en el que se convirtió él mismo en Metamorfosis. Cuentan que Kafka tenía una pésima relación con su padre y varias noches soñaba con un monstruo sin cabeza que lo perseguía. Hasta que un día le hizo frente y consiguió no soñar más con aquello. Por eso se encuentra el arriba de los hombros como símbolo de victoria. En este barrio está la sinagoga judía más antigua del mundo, así como también un cementerio muy viejo que alberga millares de difuntos. También en la calle Paris están los diseñadores mas importantes, y vale destacar, que es la zona con el metro cuadrado más caro de Praga. Terminado el tour, crucé el puente para ir al castillo, pero ya era demasiado tarde, así que volví al hotel para descansar. En el puente había varios músicos tocando jazz. A la noche le hice caso a mi amiga Julieta y me fui a escuchar jazz al Redutta Jazz Club. Entretenido y muy del lugar. Me gustó mucho. Ya había visto el reloj, había cruzado el puente, pero no había ido al castillo. Era lo último que me faltaba de los musts de Praga. Antes de dirigirme hacia el castillo, pasé por la plaza para ver los movimientos que hace el reloj cuando da las en punto. Simpático. Crucé luego el puente llegué al castillo, di unas vueltas, saqué unas fotos pero estaba tan cansado que me eché a dormir en una plaza. Luego bajé los miles de escalones y pendientes que había subido y volví al hostel para preparar mis cosas. Praga es una ciudad chica, la gente es amable y andar por sus calles es un placer, pues todos los edificios son muy bonitos.

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