Luego de desayunar fuimos hasta el Camino de Ronda donde hay varios talleres mecánicos para ver que le pasaba al auto. En el primer taller nos dijeron que no tenían tiempo ni para revisarlo ni para arreglarlo. En el segundo lo mismo. Pero el gordito mecánico se apiadó y nos pidió que abriéramos el capot para ver qué pasaba. Era ciertamente el electro y podría ser que algo más. Llamamos al seguro para ver si podía acarrear al auto a San Sebastián. Francis, de unos cincuenta largos, quería llevarnos a Renault para que lo vieran y lo repararan. Sabíamos que en Renault nos iban a cobrar carísimo, así que entre idas y vueltas, tato lo convenció de que lo llevara a un taller mecánico amigo. Terminamos en el barrio del Peligro, en las afueras de Granada en un taller de unos morillos que, según Francis, trabajan muy bien y cobran barato. El clio quedó allí a la espera de diagnóstico y arreglo. Tomamos un bus para volver a la ciudad y comenzar con las visitas. Comimos en el centro debajo de una sombrilla un menú del día y luego pasamos por la Catedral, aunque no entramos. Caminamos por el Albaizyn que en un barrio de callecitas estrechas que queda subiendo la cuesta, pasando la calle Elvira, calle de tapas. Llegamos al mirador de San Nicolás. La vista de la ciudad es esplendorosa. También se puede observar la Alhambra. Había allí unos gitanos tocando la guitarra y cantando. Luego de sacar las típicas fotos de turismo, me recosté en una baranda de piedras para relajarme y sin pensarlo me dormí. Tato se fue a tomar un café por allí. Bajamos por el Camino de los tristes hasta la Plaza Nueva y desde allí tomamos por la calle Gomérez en dirección hacia la Alhambra. El paseo está lleno de árboles, farolitos, mucho verde y un corredor de agua por el costado que te arrulla mientras subís la cuesta. Llegamos a la Alhambra alrededor de las cinco y media teníamos dos horas y media para recorrerla. La entrada a los palacios Nazaríes era para las siete. Arrancamos la visita yendo por los jardines hasta el Generalife. Los jardines están llenos de diferentes arbustos, flores y plantas. Lo único que no me gusta mucho son las formas que le dan a los arbustos. Los cortan cuadrados o en círculos. Darle figuras geométricas a la naturaleza no me gusta… Conceptos. Luego fuimos rápidamente hasta Alcazaba pasando por diferentes patios en ruinas. Subimos a la torre de la vela que es la parte más alta de la Alhambra. Desde allí se veía toda la ciudad de Granada. El audio guía nos iba explicando cada lugar que íbamos visitando. Creo que no es una buena idea sacar audio guía en estos sitios. En el Real Alcázar de Sevilla también lo saqué y no tuvo mucha utilidad. Es como un cuento, habla un rey nazarí y cuenta cómo se vivía en esos palacios, a veces en primera persona “Oooh perfumadas flores que aún huelo en este jardín nazarí”. Descansamos hasta que se hiciera la hora de entrar a los palacios nazaríes. Se formó una fila grande para la entrada. Los muros están llenos de inscripciones y diseños árabes parecidos al Real Alcázar de Sevilla. Luego de terminar la visita a la Alhambra bajamos por el mismo paseo por el que subimos y fuimos a la calle Elvira de tapas. Luego volvimos por la cuesta del Chapiz hacia Sacromonte hasta el bar de Soraya. Comimos y vimos un poco más de Flamenco. Mañana iremos a buscar el auto a los de los morillos y viajar hacia Madrid.
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