lunes, 28 de junio de 2010

Vino tinto y ronda de cuatro quesos















































































Hoy fue un día muy lindo. En realidad todos los días son muy lindos en París, porque la misma ciudad los provoca. Comencé caminando derecho por la rue du Temple hasta la rue Rivoli. Allí me senté en una brasserie y comí unos quesos con una copa de vino mientras estudiaba bien el día de la guía Samuelson. Vino, queso, hojas verdes, vino, queso, pan, manteca. Qué rico. El pan en París es lo más. Caminando llegué a la Ile da Cite pensando que estaba en el Ile de Saint Luois. Quería llegar a la Saint Chapelle. Me senté un ratito en la punta de la isla. Había un montón de turistas descansando y comiendo. Paris es una ciudad de enamorados, hay muchas parejitas besándose por todos lados. Me encanta! Especialmente cuando cruzás un puente…parece que los puentes inspiran besos. Antes de llegar a la Saint Chapelle encontré un mercado de flores muy lindo. Caminarlo hizo trabajar tanto el sentido de la visión como del olfato. La Saint Chapelle muy linda pero súper comercial, igual que Notre Dame. Ya veremos qué pasa con Sacré Coeur. Gótica, vitrós, una iglesia más. En seguida me fui a la Consergerie. Llegué justo antes de que cerrara. Hice la visita de la cárcel de los presos de la revolución, María Antonieta la vedette. Luego pasé por Notre Dame y me senté un rato en la plaza que está detrás. Comí una manzana mientras escuchaba un grupo de música y observé a la gente. Me gustan los árboles de esa plaza, me gusta el verde de sus hojas. De allí me fui a la Ile de Saint Louis. Caminé por la callecita principal, súper parisina. Me tomé un helado de chocolate mientras caminaba y sacaba fotos de todos los recovecos de la isla. Qué lindo lugar. París no deja de impresionarme. Hoy ya es el cuarto día y sigo sintiendo esa sensación de éxtasis que experimenté el primer día. Llegue a la Place de Vosge y me tiré a descansar en el césped. Dormité. Caminé por su alrededor hasta encontrar el número 6, donde vivió Victor Hugo. De allí tomé la línea uno amarilla de metro, en Bastille, en dirección Defense para bajarme en la estación Geroge justo donde está Louis Vuitton, donde me encontraría con Nicolas quien vivió conmigo en Río de Janeiro. Charlando caminamos por Champs Elysees, tomamos el metro hasta Republique, yo tomé un baño y fuimos a la casa de unos amigos de Nicolas por aquí cerca. El departamento muy lindo, con una terraza divina. Tomamos un poco de vino blanco, comimos unas mini carrots y quesos entre otras cosas. Benjamin, el dueño de casa, súper buen host. También estaban Guillaume, Julia, Leonardo, Romarique y Caroline. Fuimos a un restaurant indio. Llegó Jean Marie. Volvimos al departamento y seguimos tomando unos tragos. Una noche lluviosa con gente muy agradable en París. Qué bien me trata esta ciudad.

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